Luego del éxito comercial del montaje de la Serie del Caribe en Miami en febrero de este año, la Liga de Béisbol Profesional ha anunciado un acuerdo con los Marlins para celebrar la Serie del Caribe 2028 en el Loan Depot Park. Esta decisión, impulsada por razones económicas, ha generado diversas reacciones.
Primero, el Loan Depot Park, con capacidad para más de 36 mil personas, permite vender boletos a un precio más elevado en dólares, a diferencia del Estadio Quisqueya Juan Marichal, que solo cuenta con 11,314 asientos y no siempre recibe un gran respaldo del público, excepto en partidos contra Puerto Rico o Venezuela. Además, el esquema de negocios en Miami ha demostrado ser mucho más exitoso, atrayendo inversiones publicitarias de marcas de República Dominicana, Puerto Rico, Venezuela, México, Panamá y Nicaragua.
Sin embargo, esta decisión también tiene un lado negativo. Los estadios dominicanos no albergarán una Serie del Caribe por al menos una década, lo que ha generado descontento entre los aficionados locales que disfrutan del béisbol internacional en su propio país. Es comprensible esta molestia, considerando que el Estado ha invertido en la mejora de infraestructuras como el Estadio Tetelo Vargas, que recientemente recibió RD$54 millones para su reparación.
El béisbol es un negocio, y las decisiones económicas son inevitables, pero también es importante considerar el impacto en la afición local y en la tradición del béisbol en el país. La balanza entre lo comercial y lo emocional sigue siendo un desafío en el mundo del deporte.
Información de Diario Libre fue utilizada en esta nota