Califican a Santana Martínez como maestro de la narración deportiva

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Domingo Caba Ramos.

A Santana Martínez hace mucho lo conozco, y a pesar de que muy escasamente nos vemos, me place y orgullece ser su amigo. Se trata de un profesional a carta cabal y un ser humano íntegro, prudente, decente y, sobre todo, humilde.  Docentemente hablando, creo que puedo llamarlo «colega», toda vez que en más de una universidad, como también lo he sido yo, él fue profesor, específicamente maestro de inglés.

Como cronista deportivo, su competencia no merece discusión. Y como narrador beisbolístico, posee cuatro de los rasgos que a mi juicio debe reunir un buen narrador: 1) uso adecuado de la lengua, 2) sólido conocimiento de las reglas del juego, 3) respeto al fanático y 4) uso de un estilo narrativo que despierta en el receptor – televidente las sensaciones y sentimientos que el momento demanda. Pienso que tanto en la crónica como en la narración deportiva, se trata de un verdadero Maestro.

Nació Santana Martínez en un campo de San Francisco de Macorís (Pontón), reside en la ciudad de Santiago de los Caballeros, desde hace muchos años; mas los mocanos lo consideran uno de los suyos.

«Narrar un juego de béisbol es un oficio serio, aunque divertido; un ejercicio lingüísticamente profesional y artísticamente descriptivo, como magistralmente procedían en tiempos pasados los grandes maestros de esa variante de la locución (Lilín Díaz, Billy Berroa, Félix Acosta Núñez, don Papi Pimentel y, actualmente, Mendy López, entre otros), quienes con su particular estilo dieron cátedras de cómo debía y debe describirse un juego de pelota.  “Chabacanear” la narración es, por el contrario, convertir en “relajo” un trabajo que si bien debe recrear espiritualmente, en él debe primar la mesura y el peso profesional.

Es, además de irrespetar al fanático, a la LIDOM y al torneo mismo, reducir o restarle valor a la tradición que en la República Dominicana entraña el béisbol. Un buen narrador, aunque simpatice y reciba pago del equipo que representa, tiene que tratar de ser lo más objetivamente posible, controlar sus emociones y actuar por encima de su fanatismo. Debe entender que, más que narrador, es un cronista, y en tanto cronista, está obligado a describir de manera desapasionada todo lo que ocurre en el terreno de juego. Y al detallar las atléticas acciones, debe hacerlo con emoción, no importa quién sea o a qué equipo favorezca la jugada que se describe…» (Diario Libre,3/2/2022)

Pienso que Santana Martínez se parece a ese tipo de narrador.

Fiel amante de nuestras más auténticas y divertidas expresiones folklóricas, unido a su fino sentido del humor, debo destacar lo bien que se reciben y recrean muchas de las anécdotas que Santana suele relatar, especialmente en aquellos momentos en que el juego está momentáneamente paralizado.

Saludos afectuosos y feliz año 2025 para este digno representante de la crónica deportiva.

( – Domingo Caba Ramos es profesor universitario de Lengua y Literatura. Y es, vale destacarlo, un fervoroso simpatizante de los Leones del Escogido.)

Fuente: La Información

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