La energía hidroeléctrica se ha convertido en la nueva joya estratégica para Google. El gigante tecnológico cerró un acuerdo histórico con Brookfield Asset Management por 3.000 millones de dólares para garantizar suministro eléctrico durante 20 años, asegurando hasta 3 gigavatios de potencia en Estados Unidos.
Un pacto sin precedentes
El contrato, firmado el pasado 15 de julio, es el mayor acuerdo corporativo de energía limpia de este tipo en el mundo. Comenzará con la producción de 670 megavatios provenientes de dos plantas en Pensilvania —Holtwood y Safe Harbor— y podría ampliarse hasta 3 gigavatios con futuras mejoras. Paralelamente, Google invertirá 25.000 millones de dólaresen centros de datos en Pensilvania y estados cercanos en los próximos dos años.
La carrera por la energía
El auge de la inteligencia artificial ha disparado la demanda eléctrica. La Agencia Internacional de la Energía advierte que, para 2030, Estados Unidos podría consumir más energía procesando datos que fabricando acero, cemento y productos químicos juntos. Frente a esta presión, Google busca energía renovable “firme”, que garantice suministro constante, a diferencia de la solar o eólica.
La legislación vigente, que mantiene créditos fiscales para la energía hidroeléctrica hasta 2036, hace aún más atractivo este tipo de contratos a largo plazo.
Google no está sola en esta carrera. Meta acaba de firmar un contrato para comprar electricidad de una planta nuclear en Illinois por 20 años, y Microsoft y Amazon también están asegurando sus propias fuentes de energía limpia.
El mensaje es claro: la inteligencia artificial consume más de lo que nunca imaginamos, y las grandes tecnológicas están dispuestas a pagar lo que sea necesario para que la luz no se apague.