La empresa Meta, liderada por Mark Zuckerberg, anunció el fin de su programa de verificación de información en Estados Unidos, una medida que ha generado críticas desde diversos sectores, incluida la ONU y una red global de verificadores de datos. Esta decisión podría tener graves implicaciones para la regulación de contenidos en sus plataformas, Facebook e Instagram, especialmente en países vulnerables a la desinformación.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, advirtió que permitir discursos de odio y contenidos dañinos tiene consecuencias en el mundo real. “Regular estos contenidos no es censura, es una cuestión de responsabilidad y respeto a los derechos humanos”, afirmó Türk.
Impacto global y reacción de los verificadores
La International Fact-Checking Network (IFCN), que agrupa 137 organizaciones en más de 100 países, expresó preocupación por el impacto devastador que tendría la decisión si se extendiera globalmente. «Países vulnerables a la desinformación podrían enfrentar inestabilidad política, interferencias electorales y violencia popular», señaló la red.
En respuesta, Zuckerberg justificó el cambio argumentando que los verificadores han sido «demasiado politizados» y que la medida busca restaurar la libertad de expresión en sus plataformas. Sin embargo, la IFCN refutó estas declaraciones, calificándolas de «falsas» y alertando sobre las consecuencias de la desinformación descontrolada.
Notas comunitarias y críticas políticas
Meta planea reemplazar el sistema de verificadores con notas comunitarias similares a las usadas por la red X (antes Twitter), propiedad de Elon Musk. La medida llega en un contexto político tenso, con Donald Trump a punto de asumir nuevamente la presidencia, tras años de tensiones entre redes sociales y líderes republicanos.
En 2021, Meta suspendió la cuenta de Trump tras los disturbios en el Capitolio, pero recientes gestos de acercamiento de Zuckerberg, como donaciones y reuniones con aliados del magnate, han generado especulaciones sobre el futuro de las plataformas en este nuevo panorama político.
Mientras tanto, la ONU y los verificadores advierten que desmantelar estos programas podría generar daños irreparables en el ecosistema informativo global, dejando a millones de personas más expuestas a la desinformación y sus consecuencias.