En un emotivo regreso que hizo vibrar a los fanáticos, Manny Ramírez volvió a Chávez Ravine para el inicio de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional entre los Dodgers de Los Ángeles y los Mets de Nueva York. El icónico exjonronero dominicano fue el encargado de realizar el lanzamiento de honor previo al Juego 1, entregando la pelota al serpentinero de los Dodgers, Tony Gonsolin. Este gesto no solo marcó el inicio de la serie al mejor de siete, sino también el regreso, aunque fuera por unos minutos, de «Mannywood» al Dodger Stadium.
Ramírez, quien fue una de las figuras más queridas y populares durante su tiempo con los Dodgers, dejó una huella imborrable en el equipo y en los fanáticos angelinos. Su llegada a Los Ángeles en julio de 2008, vía un cambio con los Medias Rojas de Boston, fue un hito de la temporada de Grandes Ligas. Su impacto fue inmediato y profundo, transformando Hollywood en “Mannywood” cada vez que se acercaba al plato. En esos meses finales del 2008, Ramírez deslumbró al bate con un increíble promedio de .396, 17 jonrones y 53 carreras empujadas en solo 53 juegos, llevando a los Dodgers a conquistar la División Oeste de la Liga Nacional.
No solo brilló en la temporada regular, sino que Ramírez fue clave en la postemporada, conectando cuatro cuadrangulares más frente a los Cachorros y los Filis, con un impresionante promedio de bateo de .520 en las dos series, consolidando su lugar en la historia de los Dodgers.
A lo largo de 19 temporadas en las Grandes Ligas, Ramírez acumuló 555 jonrones y dejó un legado imborrable con un OPS de por vida de .996, jugando para equipos como los Guardianes de Cleveland, los Medias Rojas de Boston, los Dodgers, los Medias Blancas y los Rays. Su breve pero legendario paso por Los Ángeles sigue siendo recordado con cariño, y su retorno al estadio revivió la nostalgia de una era especial para los aficionados de los Dodgers.
El lanzamiento de honor de Manny Ramírez antes del inicio de la Serie de Campeonato es un recordatorio del impacto que tuvo en el béisbol y de la conexión que sigue manteniendo con los fanáticos de los Dodgers, quienes nunca olvidarán la magia de “Mannywood.”