Este viernes, el exasesor de Seguridad Nacional John Bolton se entregó a las autoridades estadounidenses tras ser acusado de manejar documentos clasificados de manera indebida. Este caso ha vuelto a agitar Washington y ha intensificado la ya tensa confrontación política en torno a Donald Trump.
Bolton, conocido por ser uno de los críticos más feroces del expresidente, ha negado las acusaciones, afirmando que es una víctima del “uso político del Departamento de Justicia”. Según la imputación, entre abril de 2018 y septiembre de 2019, redactó y guardó resúmenes de alto nivel sobre reuniones y operaciones de seguridad nacional, utilizando su correo personal y almacenando esos archivos en su casa.
Los documentos, que son considerados de defensa nacional, incluso fueron compartidos con su esposa e hija, lo que representa una grave violación de las leyes federales de confidencialidad.
El director del FBI, Kash Patel, confirmó que la investigación reveló la transmisión de información altamente secreta, mientras que la fiscal general Pam Bondi fue clara al afirmar: “Nadie está por encima de la ley”.
Trump, por su parte, no mostró sorpresa ante la noticia. Simplemente comentó: “Bolton es un mal tipo. Así son las cosas”.
⚡ Un frente más en la guerra de Trump
La acusación contra Bolton se suma a una lista creciente de imputaciones contra exfuncionarios y opositores del expresidente republicano. En las últimas semanas, el exdirector del FBI James Comey y la fiscal general de Nueva York, Letitia James, también han sido inculpados, lo que refuerza la percepción de una ofensiva judicial con tintes políticos.
Todo esto ocurre tras la filtración de un mensaje que Trump publicó en su red social Truth Social, donde instó a la fiscal Bondi a “actuar contra sus enemigos políticos”.
Bolton fue despedido abruptamente en 2019 tras tener fuertes desacuerdos con Trump sobre Venezuela, Irán y Corea del Norte. Desde entonces, ha sido una de las voces más críticas del exmandatario.
Ahora, enfrentando…