El cáncer ya hizo metástasis

1

Ansel Estévez Jr.

Siento una preocupación profunda por lo que ocurre en San José de las Matas. Es como si algunos de nosotros estuviéramos atrapados en una especie de desconexión, donde la realidad se siente lejana, incómoda, y preferimos ignorarla. Nos preguntamos: «¿Qué está pasando?», pero en el fondo, ya sabemos la respuesta.

Nos estamos consumiendo

Nuestro pueblo está irreconocible. Lo que antes funcionaba se ha desmoronado, y estamos siendo devorados por un sistema que nos ha dejado sin rumbo. Las promesas incumplidas y la indiferencia se han convertido en rutina, mientras el desgaste se refleja en las calles, en nuestras casas, en nuestras vidas. Y lo más triste es que quienes deberían defendernos no sienten nuestro dolor. No se puede entender el frío si se observa la tormenta desde una ventana cerrada.

Pagamos por agua, pero también tenemos que comprarla

En San José de las Matas, el agua se ha convertido en un negocio lucrativo. Podemos pasar meses sin recibir el servicio, pero las facturas no fallan. Y mientras tanto, el camión de agua «gratis» que ofrece la institución responsable de este servicio, es la fachada que se utiliza para calmar a un pueblo agotado por las promesas vacías. Un remedio temporal para un problema que nos ahoga más cada día.

Las carreteras estaban mejor

Las largas horas de trabajo que se anunciaban como un «mejoramiento» de nuestras carreteras han resultado en lo contrario. Las promesas de progreso se han desvanecido como el polvo que levantan los mismos vehículos al pasar. Al final, las carreteras estaban mejor antes de que las tocaran.

Debemos unirnos

Es hora de que como pueblo alcemos una sola voz y le hagamos entender a los responsables que estamos hartos. No podemos seguir aceptando el abandono. Hago un llamado a los medios de comunicación, a las juntas de vecinos, a las personalidades civiles, a los grupos comunitarios: es momento de organizarnos y exigir lo que nos pertenece. Nuestro silencio solo perpetúa la indiferencia, y cada día que pasa, el precio de esa inacción lo pagamos todos.

Estoy preparado

Sé que esto generará respuestas, críticas, y tal vez rechazo. Pero es necesario que alguien lo diga, aunque sea incómodo, aunque muchos prefieran guardar silencio. Alguien tiene que hablar por un pueblo que se siente abandonado, aunque para algunos «todo esté bien».

Subscribe
Notify of
guest
1 Comment
Oldest
Newest Most Voted
Inline Feedbacks
View all comments
Rhadamés Estévez
Rhadamés Estévez
8 days ago

El vacío generacional e institucional se confluyó con una población que no sabe, no expresa o no le interesa la identidad.
Será que el estado ( estoy de paso) nos hace inmune a las necesidades ?
O es que las funciones de responsabilidad están entrampadas en solo colocar los pies en el escritorio?
Hoy tengo que dar la razón a un inolvidable colega; me dijo hace largos años que en estas montañas todo se resuelve colocando una gran placa dorada en el pecho a quienes son eternos aspirantes a dirigir una institución pública.La mostrarán reluciente encima de sus camisas, como el cuento de Espuma y nada más.