En el Sermón de las Siete Palabras, el Padre Martínez alza la voz por el planeta
Durante la tradicional celebración del Sermón de las Siete Palabras, este Viernes Santo, el reverendo padre Roberto Martínez de los Santos envió un claro y directo mensaje a la clase política: los temas ambientales no pueden seguir fuera de sus propuestas.
El sacerdote, conmovido por el deterioro de los ecosistemas en distintas partes del país, hizo un llamado urgente al Ministerio de Medio Ambiente y a la sociedad en general para que se involucren activamente en la protección del entorno. “Esto no es solo tarea de las autoridades, es responsabilidad de todos”, expresó.
Basura, ruido y bombas lacrimógenas: una denuncia directa
Durante su intervención, el padre Martínez criticó prácticas cotidianas que causan daño ecológico, como el exceso de ruido, la quema de gomas, la basura acumulada en las calles y el uso de bombas lacrimógenas durante manifestaciones. “Jesús sigue diciendo: ‘Padre, perdónalos’, ante los que lanzan bombas lacrimógenas, ante los heridos, ante las gomas quemadas…”, dijo con firmeza.
El sacerdote subrayó que el Sermón de las Siete Palabras es, más allá de una liturgia, un espacio de reflexión y denuncia, y aprovechó para señalar los conflictos socioambientales que enfrentan varias comunidades del país, especialmente aquellas que han tenido que salir a protestar ante la amenaza de proyectos mineros que comprometen su entorno natural.
“La minería puede ser una fuente de ingresos, sí, pero solo debe realizarse en lugares donde no comprometa la vida ni el equilibrio de los ecosistemas”, insistió.
No todos son inocentes
Con una mirada crítica, Martínez recordó que Jesús pidió perdón por quienes “no sabían lo que hacían”, pero no por los que actuaban con plena conciencia. “Así también ocurre hoy: hay quienes contaminan sin saber el daño que causan. Pero hay otros, los verdaderos responsables, que sí saben muy bien lo que hacen”, advirtió.
El llamado final del religioso fue claro: los temas ambientales deben convertirse en prioridad dentro de las políticas públicas. No es solo una cuestión de fe, sino de justicia, de futuro, de vida.
Con Información de El Caribe