El mensaje sigue vivo, pero los Pilatos también
Cada Semana Santa se renuevan los rezos, las procesiones y los recuerdos de aquel hombre que, según los Evangelios, fue entregado por miedo, odio y conveniencia. Jesús, el predicador de los pobres, fue juzgado no por sus hechos, sino por lo que representaba: un desafío al poder establecido.
Y es que si vuelve lo crucifican. No hay otra forma de decirlo. Porque los Pilatos de hoy, esos que se lavan las manos frente a la injusticia, siguen ahí, disfrazados de líderes, de funcionarios, de figuras públicas que hablan en nombre del pueblo, pero pactan con el poder cuando les conviene.
La historia se repite, aunque cambien los rostros. Las decisiones importantes siguen en manos de quienes muchas veces prefieren el silencio o la neutralidad antes que actuar con justicia. Jesús fue condenado porque incomodaba; y quien incomoda al sistema, generalmente es descartado.
Religión, poder y conveniencia
Jesús predicaba el amor al prójimo, el perdón y la justicia. Pero eso, en tiempos de intereses cruzados y discursos huecos, suena como una amenaza para quienes viven del privilegio. Hay quienes hoy se llenan la boca de cristianismo, pero promueven la desigualdad, el odio y la exclusión.
Si vuelve lo crucifican, porque hay quienes usan la fe como escudo para no mirar al otro con compasión, quienes manipulan creencias para mantener su poder, y quienes olvidan que amar al prójimo no es una opción, sino el centro del mensaje de Cristo.
Es tiempo de reflexión, sí, pero no solo de palabras bonitas. Es momento de actuar con verdad, de defender al débil, de no ser cómplices del mal por omisión. Como dijo Unamuno: "Hay quien en nombre de caridad cristiana mata, quien para salvar al prójimo te lleva al quemadero."
La cruz no debe ser un símbolo de culpa ajena, sino un llamado a vivir con coherencia, sin fingimientos, con respeto al otro y con un sentido profundo de humanidad. Porque si el mensaje de Jesús sigue vivo, también deben morir los Pilatos de nuestro tiempo.
Con Información de El Caribe