La imagen de Donald Trump en la portada de Time ha encendido las redes y vuelto a colocar al expresidente en el centro de la conversación pública. Trump critica portada tras la publicación del número que celebra el acuerdo de cese al fuego entre Israel y Hamás, impulsado por su administración.
Aunque el artículo lo presenta como una figura decisiva en el logro diplomático, el propio Trump reaccionó con enojo ante la fotografía elegida: “¡Me borraron el cabello y me pusieron algo flotando en la cabeza! Es muy raro”, escribió en su red Truth Social.
La imagen, tomada en ángulo bajo y con la luz del sol reflejando sobre su peinado, crea una especie de halo blanco sobre su cabeza, algo que el magnate describió como “una corona flotante, pero extremadamente pequeña”.
Trump también reprochó el encuadre: “Nunca me ha gustado que me fotografíen desde abajo. Esta es una foto muy mala y merece ser denunciada”, señaló, mientras el titular de la revista rezaba: “Su victoria. El líder que Israel necesitaba.”
Entre elogio y controversia
La publicación de Time reconocía la mediación de Trump en el acuerdo de paz que permitió la liberación de rehenes en Gaza. Sin embargo, la reacción del expresidente desvió la atención del logro diplomático hacia un debate sobre su imagen personal y el poder de los medios.
Mientras tanto, la portada —con su halo de luz y el aire mesiánico que proyecta— ha sido interpretada por analistas como un retrato simbólico del ego político de Trump: un hombre que celebra los triunfos, pero que no tolera las imperfecciones.
Con su crítica viral, Trump critica portada vuelve a demostrar que, para él, la batalla por la percepción pública es tan importante como cualquier negociación internacional.