Dos obras que cambiaron el «parecido a desierto» que tenía Azua

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Fuera de cualquier lisonja o de una interpretación no sana, los azuanos deberíamos vivir dándole las gracias al presidente doctor Joaquín Balaguer, por éste haber construido la Presa de Sabana Yegua y el canal de riego Yaque Del Sur.

La ejecución de los dos proyectos, originó que la comunidad, que para ese entonces tenía la categoría de sección y que la misma sirvió de embalse para la presa, de nombre Sabana Yegua, fuera traslada para su beneficio a la distancia de once kilómetros de Azua, en la carretera Sánchez en dirección hacia el Oeste.

A pesar del progreso que le llegó a esta más tarde, hasta que hoy es uno de los diez municipios de la provincia de Azua, de mayor producción agrícola y crecimiento económico y social; este asentamiento humano tuvo que vencer primero muchas calamidades.

La gente todavía no olvida la arborización de emergencia con matas de nin que realizó en la comunidad, Hipólito Mejía en el año 1980, durante su desempeño como Secretario de Estado de Agricultura. Tanto el proyecto 2–C, como el proyecto 4, en adición al proyecto ganadero de producción de leche como pertenencias del nuevo Sabana Yegua, fue lo que verdaderamente le dio el mencionado progreso a este municipio.

Por buena planeación esos proyectos se ubicaron en la mayoría de los terrenos baldíos de lo que fue el Sisal de Azua, lo que fue otra de las desgracias que acabaron con la flora azuana.

Independientemente de que el municipio de Azua es de naturaleza de bosque seco en sus costas, no es así en la zona montañosa de la parte norte. Más es de importancia señalar que a la aridez de sus terrenos, y a la endémica y siempre falta de agua de la población, se debe en especial al medio de subsistencia de nombre horno de carbón vegetal artesanal que tuvieron como cultura el hombre y la Mujer rural. Solo en los hoy municipios Las Charcas y Estebanía, decenas de dueños de camiones hubo que vivieron por años de la práctica de vender ese tipo de carbón en Santo Domingo y ciudades vecinas.

Hubo otros daños ecológicos que hicieron de Azua un desierto extrañamente poblado, que fueron aquellos aserraderos de pinos criollos de calidad incomparable y maderas preciosas que operaron en los parajes pocos conocidos: Las Tembladeras, perteneciente a la desaparecida comunidad Los Quemados y en las Lomas del Curro.

También, fue otra maldición para la flora de Azua, la exportación de guayacán a Japón, que por años tuvo como negocio de lícito comercio don Aníbal Féliz, en sociedad con el japonés de nombre Sannichiro.

Ya cuando eso era el final de la época en que los japoneses fabricaban tuercas de guayacán.

Viene también a colación, que durante la gestión del General Ramiro Matos González, como director de Foresta, desde un helicóptero de la institución, se mantuvo reforestando con guayacán las gloriosas montañas de El Número, lo que terminó siendo un rotundo fracaso; porqué los artesanos de Boquerón o Los Pilones, se encargaron de no déjalos crecer. Igualmente han tenido la misma suerte, todos los árboles de guayacán de esa zona cercana.

¡Bueno o malo nadie opina!

Es muy reciente para dejar de recordar que el Presidente Balaguer, contó con el apoyo en Azua, de pequeños burgueses de comerciantes, profesionales y líderes comunitarios que en ese momento, ni el partido Revolucionario Dominicano tenía, que compartió con él la brillante idea de que la construcción de las obras civiles: Presa de Sabana Yegua y el canal Ysura, era lo que borraba el estado de desierto de Azua.

Para mencionar algunos de ellos, inicio con: Napoleón Concepción alias Nanán; Jesús Paniagua; Gaspar Vílchez Suero; José del Carmen Méndez, alias Quino; Morales Abreu; y el jovencito aún, Belarminio Ramírez Morillo; Pedro Veloz; Mariano Guzmán, Eddy Abreu; Ángel Darío Quezada, alias Guido; Demetrio Oviedo, alias el Rubio; Augusto Medina, alias Cichí Palá; Gustavo Martínez Concepción; Fulvio Montero; Milagros Torres de La Paz; Nicolás Ciccone Comas y esposa Climilda Ortíz.

Ramón Emilio Noboa Sención; Danilo Pérez y Pérez; Pedro María Pérez Rossó, Yokasta Pérez Rossó; Víctor García, Luis Ramón Matos Melo, alias el Reguerete; Napoleón Matos, alias Polea; Rannel Báez, alias Pirulí; Jesús Matos; Sandra Yvelisse Martínez; Arturo Agramonte; Víctor Perdomo; José Antonio Ruíz Mejía, alias Totoño; Hernán Matos Féliz; Danela García; Rafael Basora; Freddy Calderón Fabal alias Güelo; Rafael Melo Ortíz; Ángel Manuel Pérez Pimentel y Víctor Féliz Peguero, entre otros.

El autor Luis (Chito) Naut es un economista, civilista y escritor azuano

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