La columna El Espía de Diario Libre criticó con dureza la iniciativa del legislador Miguel Arredondo, presentada en pleno luto nacional.
Una propuesta fuera de lugar
Mientras el país aún no termina de digerir la tragedia que cobró la vida de 221 personas en la discoteca Jet Set, incluyendo al ícono del merengue Rubby Pérez, un proyecto legislativo ha desatado una fuerte polémica. El diputado Miguel Arredondo Quezada, representante de San Pedro de Macorís por el Partido Revolucionario Moderno (PRM), sometió una resolución solicitando que el Estado adquiera los terrenos del local para construir un Museo en Jet Set.
El propósito, según el legislador, es rendir tributo a las víctimas levantando un espacio “histórico, cultural, educativo, deportivo, turístico y de reflexión”, con fotos y objetos personales de los fallecidos. La solicitud incluye instrucciones al presidente Luis Abinader para que el Ministerio de Cultura, dirigido por Roberto Salcedo, disponga del presupuesto necesario para materializar el proyecto.
Críticas desde la opinión pública y la prensa
La reacción no se hizo esperar. La conocida columna El Espía, del periódico Diario Libre, señaló el gesto como un claro ejemplo de oportunismo político con escaso sentido común. “Así como El Espía habló de oportunismo ayer, hoy le toca hablar de la falta de tacto al momento de querer ser oportunista… y fallar estrepitosamente”, se lee en el comentario.
El artículo cuestiona el momento en que fue presentada la propuesta, mientras todavía se realizaban labores de rescate en el lugar del colapso. “Hay que tener temple para legislar, pero también sentido común. Ese, desde luego, no era el momento”, sentenció El Espía.
En redes sociales, la indignación también ha sido notable. Muchos usuarios acusan al diputado de utilizar una tragedia humana con fines políticos y mediáticos, buscando protagonismo en medio del dolor nacional.
A pesar de que existe un segundo proyecto similar en la Cámara de Diputados, la figura de Arredondo ha quedado en el ojo del huracán, precisamente por haber actuado con tanta premura.
El país sigue en duelo, exigiendo respuestas sobre lo ocurrido en Jet Set. Y mientras tanto, la clase política recibe un fuerte recordatorio: el dolor ajeno no es una oportunidad para brillar.