Buscan evitar que el empresario mueva propiedades antes de responder por las víctimas
El caso Jet Set sigue dando de qué hablar. La Procuraduría General de la República Dominicana ordenó congelar varios bienes del empresario Antonio Espaillat López, dueño del centro de espectáculos donde ocurrió una de las tragedias más grandes del país, con 232 personas fallecidas y más de 180 heridas.
La medida fue tomada por la Dirección de Persecución del Ministerio Público, bajo la coordinación de Wilson Camacho, luego de sospechas de que Espaillat estaría intentando mover o vender propiedades para evitar futuras compensaciones económicas a las víctimas y sus familias.
Prevención antes que evasión
Entre las acciones ejecutadas están la oposición a traspasos de propiedades ligadas a las empresas Inversiones E y L SRL y Jet Set Club, además de otros inmuebles asociados directamente al empresario. Esta estrategia busca garantizar que el patrimonio involucrado esté disponible para cualquier fallo judicial o indemnización.
Una fuente cercana a la investigación explicó que se están utilizando herramientas legales de la Ley 155-17 sobre Lavado de Activos, pero aclaró que eso no implica que Espaillat esté acusado de ese delito. “Es una vía preventiva para evitar que desaparezcan bienes importantes antes de terminar la investigación”, señaló.
La investigación sigue su curso
El Ministerio Público también está revisando los permisos, pólizas de seguros, y condiciones estructurales del local donde operaba el famoso club nocturno, así como su historial de cumplimiento de normas de seguridad.
Aunque el empresario ha dicho públicamente que colaborará con la justicia, las autoridades no quieren correr riesgos. Las medidas buscan asegurar que, en caso de demostrarse responsabilidades, exista un fondo patrimonial que permita hacer justicia a las víctimas del caso Jet Set.
Esta tragedia ha sacudido a la sociedad dominicana, no solo por el alto número de víctimas, sino por el impacto emocional y social que ha dejado. Las familias claman por respuestas claras, justicia real y sobre todo, garantías de que un evento así no vuelva a repetirse.